Sesiones
En el último siglo la prensa rosa ha marcado las vidas de muchas mujeres. Copadas de espectaculares bellezas rodeadas de lujos y atenciones, el star system del papel cuché siempre ha sido visto con una mezcla de admiración y envidia por mujeres (y también hombres, aunque no lo reconozcamos). El querer ser como esas modelos pero sin serlo ha sido un sueño que ha cruzado por la cabeza de muchas mujeres, y gracias a los avances tecnológicos sentirse como una estrella está ahora mucho más al alcance que nunca.
Hace veinte años contratar los servicios profesionales de un fotógrafo para una sesión era algo que prácticamente solo los novios se podían permitir. Hoy, con unos costes de producción infinitamente inferiores, se está abriendo paso la fotografía personal para uno mismo o sus seres más queridos. Son esas fotos que solo veíamos en algunas revistas pero que ahora, por fin, están protagonizadas por nosotros mismos.
Aunque puede haber diversos términos para definir este tipo de fotografía, muchos de ellos podrían englobarse en lo que se conoce como fotografía boudoir (del francés tocador), un estilo gráfico que propone imágenes sensuales (o no) donde la mujer es la protagonista y cuyo fin, en muchas ocasiones, no es otro que permitir que la modelo se sienta a gusto consigo misma.